Semblanzas literarias. 1908

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V. Suárez, 1908
 

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Page 145 - OMO soy un sí es no es escrupuloso, me asaltan ciertos temores de no ajustar mi crítica á la «constante y perpetua voluntad de dar á cada uno su derecho». Todo el mundo sabe que el Sr. Alarcón se ha cortado la coleta, para dedicarse á reaccionario. Y yo, que en punto á reaccionarios me atengo á Perier y al Padre Sánchez, y no deseo conocer ni tropezar con otros, me veo ahora en un aprieto al dar con mi pluma sobre otro de la misma .camada. Cualquiera creerá, si digo algo malo del Sr....
Page 373 - Cantar que del alma sale es pájaro que no muere; volando de boca en boca Dios manda que viva siempre. otro, el del fracaso: Un cantar bajó al pueblo, no era mal mozo; pero el pueblo le dijo: «no te conozco».
Page 228 - No hay que olvidarse de que el novelista es ante todo un poeta. Copiar fielmente la vida ordinaria de los humanos podrá ser en ocasiones obra meritoria, pero no una obra romancesca. Es verdad que deseamos conocer con empeño á veces los actos más insignificantes ó indiferentes de la vida de un hombre, pero es sólo cuando este hombre ha cumplido, está cumpliendo ó va á cumplir algo extraordinario é interesante. ¿Que . rrá decirme el Sr. Castro y Serrano qué tiene que partir con el arte...
Page 303 - ... ridiculizando en un personaje la desmedida afición á las aventuras caballerescas, no ha podido menos de hacerlo amable á todos los corazones sensibles. El espíritu del verdadero humorista se halla dotado, en fin, de una tolerancia inagotable para con los defectos de la humanidad. Los considera como una herencia que no es posible repudiar, y dirige sus ataques más al defecto en general que á los defectos, Pues bien, señores; tengo el honor de presentar á ustedes un poeta humorístico....
Page 378 - Debajo de mis balcones Parábase el saboyano; Ella, la música oyendo, Danzaba al sonido mágico, Y yo de gozo temblaba Como la hoja en el árbol. Debajo de mis balcones Hoy se paró el saboyano: Levantar le vi los ojos Una, dos, tres veces, cuatro... ¡Y una, dos, tres, cuatro veces, Sin esperanza bajarlos! No mires a mis balcones; ¿Por qué miras, saboyano, Si ya no ha de salir ella A este balcón solitario, Para echarte la limosna Bendecida por su labio?:... No...
Page 294 - OLIVAR Muerta la lumbre solar, Iba la noche cerrando, Y dos jinetes cruzando A caballo un olivar. Crujen sus largas espadas Al trotar de los bridones Y vense por los arzones Las pistolas asomadas. Calados anchos sombreros, en sendas capas ocultos, Alguien tomara los bultos Lo menos por bandoleros. Llevan, porque se presuma Cuál de los dos vale más, Castor con cinta el de...
Page 129 - El fruto amarillea en el árbol, y no espera más que una leve sacudida para caer en nuestras manos. Las antiguas y originalísimas costumbres de nuestra patria van desapareciendo y ofrecen al morir .el interés punzante y melancólico de todo lo que ha sido y dejará pronto de ser. Si no aprovechamos estos momentos, la moderna cultura ceñirá á nuestros miembros su estrecho uniforme que oculta lo singular, lo original, lo característico, y ya no será tan fácil percibirlo.
Page 302 - ... emancipa y nos liberta de la bajeza de esta vida, colocándonos en un sitio elevado e inexpugnable. El humorista ríe; pero bien sabemos todos que su risa no durará mucho, y que sus lágrimas se encuentran siempre apercibidas a salir. En este mundo no todo inspira risa. El humorista llora; mas si aplicamos el oído, no tardaremos en percibir cómo se une al coro de gemidos una nota risueña y bulliciosa.
Page 346 - Hablé, y usted, a/orada, apenas oyó mi acento, abandonando su asiento en mí fijó su mirada. Sus ojos mostraban pena y ternura : al fin me dijo "¡Ah! no hay duda; tú eres hijo de Elena... ¡Mi pobre Elena!...
Page 295 - Tocó en el haz del agua Su cabellera blonda: Quebró la frágil onda Su frente virginal: Dejó el agua mil hebras Entre sus rizos rotas, Y á unirse volvió en gotas Al limpio manantial.

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