Obras dramaticas y liricas de D. Leandro Fernandez de Moratin ...

Front Cover
 

Other editions - View all

Common terms and phrases

Popular passages

Page 329 - DIEGO Señora doña Irene, hágame usted el gusto de oírme, de no replicarme, de no decir despropósitos, y luego que usted sepa lo que hay, llore, y gima, y grite, y diga cuanto quiera...
Page 222 - IRENE No pudiera; no, señor. Una niña bien educada, hija de buenos padres, no puede menos de conducirse en todas ocasiones como es conveniente y debido. Un vivo retrato es la chica, ahí donde usted la ve, de su abuela, que Dios perdone, doña Jerónima de Peralta.
Page 313 - Las juzgan honestas luego que las ven instruidas en el arte de callar y mentir. Se obstinan en que el temperamento, la edad ni el genio no han de tener influencia alguna en sus inclinaciones, o en que su voluntad ha de torcerse al capricho de quien las gobierna.
Page 336 - Esto resulta del abuso de la autoridad, de la opresión que la juventud padece; estas son las seguridades que dan los padres y los tutores, y esto lo que se debe fiar en el sí de las niñas...
Page 332 - IRENE. — Sí, hija, sí; porque el señor don Diego nos trata de un modo que ya no se puede aguantar. ¿Qué amores tienes, niña? ¿A quién has dado palabra de matrimonio? ¿Qué enredos son éstos?...
Page 321 - Hablábamos todas las noches, muy a deshora, con el recato y las precauciones que ya se dejan entender... Siempre fui para ella don Félix de Toledo, oficial de un regimiento, estimado de mis jefes y hombre de honor.
Page 313 - ... Todo se las permite, menos la sinceridad. Con tal que no digan lo que sienten; con tal que finjan aborrecer lo que más desean; con tal que se presten a pronunciar, cuando se lo manden, un sí perjuro, sacrilego, origen de tantos escándalos, ya están bien criadas; y se llama excelente educación la que inspira en ellas el temor, la astucia y el silencio de un esclavo.
Page 214 - ¿Todavía pide usted más valor a un oficial que en la última guerra, con muy pocos que se atrevieron a seguirle, tomó dos baterías, clavó los cañones, hizo algunos prisioneros y volvió al campo lleno de heridas y cubierto de sangre?...
Page 253 - Diego. Apenas salí, tropecé con el Rector de Málaga y el Doctor Padilla, y hasta que me han hartado bien de chocolate y bollos, no me han querido soltar... (Siéntase junto á Doña Irene.) ¿Y á todo esto, cómo va?
Page 323 - ... (Se levanta con mucho enojo, encaminándose hacia don Carlos, el cual se va retirando.'] DON CARLOS Ya se lo dije a usted... Era imposible que yo hablase una palabra sin ofenderle... Pero acabemos esta odiosa conversación... Viva usted feliz, y no me aborrezca, que yo en nada le he querido disgustar... La prueba mayor que yo puedo darle de mi obediencia y mi respeto es la de salir de aquí inmediatamente...

Bibliographic information