El destino manda. El collar de estrellas. La verdadF. Fé, 1915 |
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abuelita ahora amigo amor Anda ANDRÉS asusta atrevido BAUTISTA ROMÁN BÉREUIL Bolonia broma buena mujer calle cara cariño chico listo chicos comandante conoce corazón creo CRIADO debe decir decirte Déjame dejó dice digo dijo dinero dirá dirás disgusto engañaba eres ESCENA II ESCENA PRIMERA ESCENA VII estaba estoy falta familia FÉLIX FILIBERTO gente giro postal gracias gusto hablar habrá hemos hubiera JOAQUÍN JOSÉ MANUEL JULIANA Ah JULIANA BAUTISTA JULIANA ROMÁN llorar LUISA PEPE madre malo manda MANOLO PEPE MANOLO y PEPE marido MESSÉNIS JULIANA MIGUEL Mira mis hermanos mis hijos mujercita mundo nadie oído oírle PABLO ASUNCIÓN padre parece pensar PEPE MANOLO PEPE Querido perdone pobre podido querido quiero quisiera ROMÁN BAUTISTA ROMÁN Eso ROMÁN JULIANA ROMÁN MESSÉNIS saber Sale señorita siera sois tengo tenido TERESA Teresita tío Pablo tismo TOMO XXI tus hijos VALENTÍN Vaya venido verdad verle vivir vuelva ΤΟΜΟ ΧΧΙ
Popular passages
Page 60 - FIN DEL ACTO PRIMERO ACTO SEGUNDO La misma decoración del primero.
Page 166 - FIN DEL ACTO SEGUNDO Acto tercero La misma decoración del acto segundo.
Page 250 - PABLO No, Juana; no. La lámpara de allá arriba, ya no lucirá en alto como una estrella más. Lucirá aquí, familiar, humilde, ya su alrededor, abierta esa ventana, veremos a un tiempo, en el cielo engarzado por el amor, que es voluntad divina, el Collar de Estrellas. En la tierra engarzado por la voluntad de los hombres, que será amor divino, el collar de las almas.
Page 265 - Buscas una verdad. ¡La verdad! Tú crees que has de hallarla aquí. Tú crees que los hombres somos sinceros entre nosotros... ¡Si casi no lo es uno consigo mismo!...
Page 122 - Bondad desdeñosa. No nos deje usted. Le necesitamos. ¡Si usted supiera cómo está nuestra casa! JUANA Sí, señor; sí. Baje por allá. Deje su cielo y sus estrellas algún rato, que hará una buena obra. Mire, señor, que pasarán cosas muy graves si no viene usted a poner remedio.
Page 268 - La verdad de nuestra vida está en el corazón de los que nos quieren: los que nos quieren en todas las horas de nuestra vida, en los que alguna vez, de tanto querernos, hasta pueden creer y puede parecemos que nos odian, que ni el cariño, cuando es verdadero, puede ser el mismo todos los días, ni en todas las horas de nuestra vida, porque es... como la vida misma...