Hernán el lobo (canto primero).

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Succesores de Rivadeneyra, 1911 - 45 pages
 

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Page 38 - Es en vano intentarlo. Cuando el río en su profundo cauce retroceda, quizás se apiade el Cielo y me conceda todo el valor que para odiarte ansio. Pugno por olvidarte, y mi albedrío más en los lazos de tu amor se enreda; seguir tus pasos el amor me veda y me arrastra á tus pies, á pesar mío.
Page 40 - ... de aquella edad que viene de la inocencia en pos, ¡tú me enseñaste, oh madre! a pronunciar unidos tu nombre y el de Dios? ¡No sé!. . . Pero los santos misterios de este día avivan la memoria de goces que perdí. ¡No sé!. . . Pero agitado mi corazón ansia volar, volar a ti.
Page 6 - Es la voz del torrente fragoroso que se despeña de la escarpada altura, y al pasar por la estrecha cortadura del castillo feudal, muralla y foso, se arremolina, se retuerce, choca y salta enfurecido y espumoso como el mar, por las quiebras de la roca.
Page 6 - ... en medio de las cuales iba encumbrando majestuosa la luna hacia el zenit de aquel azul firmamento sereno y puro! Al pie de la letra se podría describir con aquellos versos del poeta: El peñón. . . (imponente) ... en dos partido Por un extremo está, cual si de un tajo, En formidable lid lo hubiera hendido El hacha de un Titán, de arriba abajo. Silvestre helécho y trepadora hiedra Los bordes cubren de la herida piedra. Por cuya enorme cavidad sombría Surge espantable y prolongado grito;...
Page 42 - Él les dió un corazón entero y sano, nunca sobresaltado por el grito del pertinaz remordimiento humano, que acosa al criminal con su delito. El calmó su angustiado pensamiento en las horas, sin luz, de la agonía, y recogió su postrimer aliento, y su última mirada, incierta y fría. Por él , cuando la hambrienta sepultura aquel honrado hogar dejó vacio, tuvieron ¡ay!
Page 33 - TINIEBLAS •A fiera, la titánica batalla dura y persiste aún: es el combate entre la ciega sombra y la fecunda luz. ¡Ni un instante de tregua y de reposo! en la tierra, en el mar, en el espacio, en la conciencia humana siempre lidiando están. Al través de los siglos que se empujan con sorda confusión, ruedan mezclados la verdad, el día, la noche y el error.
Page 41 - Cristo, cuando inerte Y ya sin fuerzas en la cruz batalla Con las fieras congojas de la muerte. Sin forma escultural, tosco, mal hecho, Pero la sola herencia que en el mundo Mi madre, desolada, al pie del lecho Recibió de su padre moribundo. Ese Cristo sin arte y sin historia Fue para el pobre hogar que le dio abrigo. Urna de bendición, fuente de gloria Y mudo, sí, pero inmutable amigo. El, en la adversa y próspera fortuna Avivó la piedad de mis abuelos, Doró sus dulces sueños en la cuna Y...
Page 7 - ... choca y salta, enfurecido y espumoso como el mar, por las quiebras de la roca. Cuando acrecienta su caudal la nieve, que, derretida, de las cumbres baja, y los cimientos sólidos conmueve del cerro, y piedras y árboles descuaja, ante aquel espectáculo sublime retumba el eco, la montaña gime...
Page 7 - ... medrosa inquietud la res salvaje escapa sin cesar de risco en risco, se oculta la avecilla entre el ramaje, en su cueva el reptil, hasta...
Page 41 - Sin forma escultural, tosco, mal hecho; pero la sola herencia que en el mundo mi madre, acongojada al pie del lecho, recibió de su padre moribundo; ese Cristo, sin arte y sin historia, fue para el pobre hogar que le dio abrigo mina de bendición, fuente de gloria, y mudo, sí, pero inmutable amigo.

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