Exploradores del abismo" Que escribes?", le preguntaron una tarde a Enrique Vila-Matas. El escritor vivía, tras doctor Pasavento, en una permanente sensación de camino él se abría un abismo, respondió. El título era exploradores de abismo. En los días que siguieron, comenzó a surgir una exploración de ese abismo. Y, como el mismo título indica, se ocupa de historias que protagonizan seres al borde del precipicio, seres que se entretienen en ese borde y lo estudian, investigan, analizan. Los exploradores son, obviamente, una metáfora de la condición humana. Son optimistas y sus historias, por lo general, son las de personas corrientes que al verse bordeando el precipicio, adoptan la posición del expedicionario y sondean en el aplausible horizonte, indagando qué puede haber fuera de aquí, o en el más allá de nuestros límites. Son personas no especialmente modernas, pues por lo general desdeñan el hastío existencial tan en boga, y más bien es gente anticuada y muy activa que mantiene una relación desinhibida y directa con el vacó. |
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