Ortografía de la lengua castellana

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Imprenta real, 1826 - 191 páginas
 

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Página 113 - Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes: á nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente las estaban convidando con su dulce y sazonado fruto.
Página 114 - Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia; aún no se había atrevido la pesada reja del corvo arado A abrir ni visitar las entrañas piadosas de nuestra primera madre; que ella, sin ser forzada, ofrecía por todas las partes de su fértil y espacioso seno lo que pudiese hartar, sustentar y deleitar á los hijos que entonces la poseían.
Página 112 - ... -¡Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados; y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío.
Página 113 - ... estaban convidando con su dulce y sazonado fruto. Las claras fuentes y corrientes ríos, en magnífica abundancia sabrosas y transparentes aguas les ofrecían. En las quiebras de las peñas, y en lo hueco de los árboles, formaban su república las solícitas y discretas abejas, ofreciendo á cualquiera mano sin interés alguno, la fértil cosecha de su dulcísimo trabajo.
Página 125 - ... leído en sus libros mentirosos! Estaba Sancho Panza colgado de sus palabras sin hablar ninguna, y de cuando en cuando...
Página 113 - Los valientes alcornoques despedían de sí, sin otro artificio que el de su cortesía, sus anchas y livianas cortezas...
Página 101 - ... y brío, y con tanta risa como fuerza; y donde interviene conocerse las personas, tengo para mí, aunque simple y pecador, que no hay encantamento alguno, sino mucho molimiento y mucha mala ventura.
Página 109 - ¿Y qué dirá la fama de nosotros si quinientos hombres nos obligan a tomar las armas? ¿Ganaráse tanto en vencerlos, como se perderá en haberlos temido? Mi sentir es que los admitamos con benignidad, y se les conceda el paso que pretenden: si son hombres porque está de su parte la razón; y si son algo más, porque les basta para razón la voluntad de los dioses".
Página iv - ... escribir. La ortografía, dice la Academia Española, es la que mejora las lenguas, conserva su pureza, señala la verdadera pronunciación y significado de las voces, y declara el legítimo sentido de lo escrito, haciendo que la escritura sea un fiel y seguro depósito de las leyes, de las artes, de las ciencias, y de todo cuanto discurrieron los doctos y los sabios en todas profesiones, y dejaron por este medio encomendado a la posteridad para la universal instrucción y enseñanza...
Página 111 - Pues consideradas todas estas cosas arriba dichas, siente de tí lo mas bajamente que te sea posible. Piensa que no eres mas que una cañavera que se muda á todos vientos , sin peso, sin virtud , sin firmeza , sin estabilidad, y sin ninguna manera de ser. Piensa que eres un Lázaro, de cuatro...

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