El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, Volume 1

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V. Suáarez, 1905
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Page 234 - ...siglos dichosos aquellos á quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase sin fatiga alguna, sino porque los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío»;
Page 52 - veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años: era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada ó Quesada (que en esto hay alguna
Page 235 - los concebía, sin buscar artificioso rodeo de palabras para encarecerlos. No había la fraude, el engaño ni la malicia mezcládose/ con la verdad y llaneza. La justicia se estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del interese», que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen.
Page 49 - Es un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las
Page 235 - del corvo arado á abrir ni visitar las entrañas piadosas de nuestra primera madre, que ella sin ser" forzada ofrecía, por todas las partes de su fértil y espacioso seno, lo que pudiese hartar, sustentar y deleitar á los hijos que entonces la'' poseían. Entonces sí que andaban las simples y hermosas zagalejas de valle en valle
Page 65 - á entender que no le faltaba otra cosa sino buscar una dama de quien enamorarse ; porque el caballero andante sin amores era árbol sin hojas y sin fruto«, y cuerpo sin alma. Decíase él : « — Si yo, por malos'' de mis pecados, ó por mi buena suerte, me encuentro por ahí con algún gigante, como de
Page 61 - tenía y aun á su sobrina de añadidura. En efeto, rematado ya su juicio, vino á dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para el servicio de su " república, hacerse caballero andante,
Page 104 - Quijote la voz, y, con ademán arrogante, dijo : « — Todo el mundo se tenga si todo el mundo no confiesa que no hay, en el mundo todo, doncella más hermosa que la emperatriz de la Mancha, la sin par Dulcinea del Toboso. » Paráronse los mercaderes al son de estas razones y á ver la
Page 53 - diferencia en los autores que deste caso escriben), aunque por conjeturas verosímiles" se deja entender que se llamaba Quijana ''. Pero esto importa poco á nuestro cuento : basta que en la narración del no se salga un punto de la verdad. Es, pues, de saber que ° este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso (que eran los más
Page 235 - de aquellos que eran menester para cubrir honestamente lo que la honestidad quiere y ha querido siempre que se cubra; y no eran sus adornos de los que ahora se usan, á quien la púrpura de Tiro y la por tantos modos martirizada seda encarecen, sino de algunas hojas

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