La vida privada de los árbolesVerónica tarda, Verónica se demora inexplicablemente y el libro sigue hasta que ella regrese o hasta que Julián esté seguro de que ya no volverá. De eso va La vida privada de los árboles: de la noche larga y tal vez definitiva que Julián pasa esperando que su mujer regrese, que el libro termine.Hacia el final de ésta, la segunda novela del chileno Alejandro Zambra, Julián desea ser una voz en off, un coleccionista de historias ajenas; quiere escribir y no ser escrito, pero esperar es dejarse escribir: esperar es seguir una constante deriva de imágenes. Entonces la historia comienza mucho antes de esa noche última, tal vez una tarde de 1984, con la escena de un niño mirando televisión. Y termina con las inevitables conjeturas sobre la vida de Daniela, la hija de Verónica, a los veinte, a los veinticinco, a los treinta años, cuando ha pasado mucho tiempo desde que su padrastro le contaba historias sobre los árboles. ¿Por qué leer y escribir libros en un mundo a punto de quebrarse? Esta pregunta ronda cada página de La vida privada de los árboles, una novela que confirma a Alejandro Zambra como uno de los escritores más interesantes de las nuevas generaciones, después del asombro de Bonsái, su primera novela, que provocó numerosos comentarios en la prensa chilena. |
Common terms and phrases
acaba agua ahora alguien Alonso Cueto amigos amor árboles aún azul baobab blanca bonsái brazos buen busca café calles cambio Caminan cara casi cerrar clases color comenzar conoce construir contar conversa cuatro Daniela debería decidido decir dejado departamento desea días dibujo dice dijo dormir embargo Enseguida entonces Ernesto escribir escuchar espera estaba familia Fernando frases gana gusta hablar hija historia hora hubo idea imagen imagina invitados Julián Karla largo lián libro llama llega llevar luego madre mejor mente meses mira muertos mujer mujeres nadie nieve niña noche novela nuevo ojos oscuridad padrastro padre palabras parece parque pasado pensar perder piensa pieza poco preguntas primera privada profesión profesor pronto puente punto queda quería quiere quisiera quizás recuerda regresa relato responde rojo rónica rostro sabe saber sala segundo seguro semanas sentido sigue silencio suelo tarde tenía torta trabajo último veces verdad verdadera Verónica vivía volver